A modo de presentación. Desde la sociología de las organizaciones hasta la socioeconomía y el comunitarismo.
Por José A Ruiz San Román
Departamento de Sociología VI
Universidad Complutense de Madrid
Etzioni ha
llegado a ser uno los más conocidos e influyentes sociólogos contemporáneos
porque reúne tres condiciones: tiene pensamiento propio, apoya sus afirmaciones
en numerosas y actualizadas investigaciones sociales empíricas y dedica
bastante tiempo a difundir su pensamiento tanto en los foros científicos como
en los medios de comunicación. Añadiría un cuarto motivo: porque defiende lo
que piensa con una admirable combinación de razonada convicción y amable
apertura a la crítica, con una curiosa combinación de orgullo y modestia, con
una llamativa apuesta por la exploración de nuevas vías que acaban por anclarse
en algunos principios perennes de sentido común. Solamente por esto, merecería la pena conocer a Etzioni.
Pérez Adán se
atreve a ir más allá cuando sostiene que “Amitai Etzioni es el sociólogo más
importante de nuestro tiempo” y para apoyar tan decidida afirmación explica que
lo que convierte a Etzioni en el más importante de los sociólogos es que,
además de un riguroso científico social, es “un activista civil”.[1]
Al reseñar su
autobiografía señalé que prácticamente la
mitad de sus memorias están “dedicadas a dar cuenta de la vida de un “intelectual público”
(como le gusta denominarse a sí mismo) y de lo que considera su gran proyecto
académico, intelectual y político: la elaboración y difusión del nuevo
comunitarismo”.[2]
El libro que ahora se publica trata de explicitar,
por primera vez de modo absolutamente consciente, ese proyecto académico,
intelectual y político. Y, a partir de la publicación del original en lengua
inglesa, se desarrollarán dos movimientos de intelectuales y científicos
sociales de indudable interés: el comunitarismo y la socioeconomía.
El pensamiento de Etzioni resulta original pero
no es ajeno -no puede serlo- a las corrientes intelectuales en las que se ha
formado, ni a su propia biografía. Por eso introducir a Etzioni requiere hacer
un cierto recorrido por su trayectoria vital e intelectual que desemboca en
este libro.
Esta introducción no
desvelará casi nada de los contenidos del libro. Tratará, más bien, de servir a
la tarea de poner en contacto al autor y a sus lectores, presentarles en su sentido más coloquial.
Comunitarismo. Un pensamiento crítico con los principios del individualismo.
Etzioni es
“comunitarista”. De modo que su presentación requiere explicar en qué consiste
el comunitarismo. La respuesta más frecuente suele recurrir a una explicación
por oposición: el comunitarismo como movimiento intelectual crítico con el individualismo
y algunas de sus manifestaciones, como el liberalismo económico. El lector
encontrará abundante desarrollo en este anti-individualismo en todo el libro y
no es preciso desarrollarlo ahora. Sin embargo, puede ayudar a presentar a
Etzioni una breve relación de quiénes son el comunitarismo. En esa línea
de respuesta el lector encontrará algunos autores que le pueden resultar
familiares y le ayudarán a contextualizar su pensamiento. Noval propone que el
comunitarismo de finales del siglo XX lo formarían “los nombres de Alasdair MacIntyre, aristotélico, Charles Taylor, hegeliano, y Michael Sandel, crítico de Rawls e
indirectamente también de Kant. Principalmente estos tres autores, pero también
muchos otros, realizan una crítica al individualismo –en lo antropológico-, al
universalismo –en lo ético en cuanto a dimensión de racionalidad práctica- y al
liberalismo o la democracia liberal –en lo político-. Alrededor de ellos
podemos situar una pléyade de autores aislados, cuyos trabajos se sitúan bajo
diversos títulos en la problemática comunitarista como R.M. Unger, M.A. Glendon
o A. Etzioni, entre otros. En un
tercer círculo, podrían estar autores como R.N. Bellah y sus colaboradores e incluso C. Lasch que, en ciertos puntos al menos, comparten las mismas
preocupaciones. A.M. Walzer,
asociado a veces al punto de vista comunitario, conviene tratarle aparte. No se
pueden disociar de los trabajos de los comunitaristas los numerosos libros y
artículos que se han consagrado a este tema. De todas formas, la etiqueta comunitario
aunque se usa con frecuencia para caracterizar a los principales teóricos
no la emplean ellos mismos –en general- e incluso alguno la rechaza”.[3]
En el primer Diccionario de Sociología preparado
enteramente en España por los profesores Giner, Lamo de Espinosa y Torres
(1998) no se cita a Etzioni en la voz “comunitarismo”[4].
Helena Béjar, autora del término, prefiere, probablemente con acierto dado lo
ajustado del espacio de que dispone, no citar una relación de autores
contemporáneos porque difícilmente los que han sido calificados como
comunitaristas suelen estar cómodos con esa adscripción. Sin embargo, Béjar
muestra su conocimiento del pensamiento de Etzioni cuando afirma que “el
comunitarismo contiene a grandes rasgos, dos tendencias, la integrativa y la
participativa. La primera versión -más social- enfatiza la necesidad de una revitalización
moral de las sociedades modernas a través de una redefinición colectiva de la
familia, la religión o la localidad, así como de una nueva sociabilidad que
integre tolerancia y solidaridad, diversidad y proyecto común. La comunidad
sería un espacio societal –hecho de instituciones- que se sitúa entre el estado
y los individuos. El segundo tipo de comunitarismo –más político- incide en el
declive de la participación y del espíritu público y se alinea con la tradición
de la democracia participativa. Acepta la pluralidad de definiciones del bien,
de mundos de vida y de identidades, personales y grupales”.[5]
En la bibliografía con la que cierra su explicación se inclina por citar a Bellah (Hábitos del corazón) y
a MacIntyre (Tras la virtud).
Es lógico que se incline por estas citas. Helena Béjar conoce bien el
pensamiento de Robert N. Bellah con quien ha trabajado en la Universidad de Berkeley. Frutos de esa interesante colaboración
pueden descubrirse en el libro “El corazón de la república” publicado en 2000[6]
Raíces. La percepción vital de la persecución y de la pertenencia a la comunidad. La influencia de Buber.[7]
Amitai Etzioni nació
en 1929 en Alemania en una familia judía que tuvo que escapar de los nazis. En
1937 consiguen establecerse en una zona rural habitada por judíos en suelo
palestino. En su formación juvenil destaca la rigurosa educación en Ben
Shemen, la influencia del cooperativismo agrario, y los ideales que le
mueven a luchar (también con las armas) por una tierra para el pueblo judío.
Los horrores de las armas lo transforman. Entra en contacto con un proyecto
educativo promovido por Martin Buber. De las clases de Buber recibe “conceptos
e ideas básicos”. Al escribir sus memorias, después de muchos años, considera
que, probablemente, lo que mejor se grabó en el entonces adolescente Etzioni
fue la superioridad moral del diálogo frente a las armas. Sin embargo, la
influencia de Martin Buber debió de ser más profunda y duradera.
Pocos años
antes del nacimiento de Etzioni, Martín Buber (Viena, 1878- Jerusalén, 1965)
publica su obra más conocida Yo y tú (1923)[8]
y funda, en 1925, Berit Shalom, una asociación para “la
promoción de la coexistencia pacífica entre árabes y judíos en Palestina”[9].
Iniciativa que nos habla del talante socio-político que se deriva de los
planteamientos filosóficos de Buber. Carlos Díaz traductor al castellano de la
obra y autor destacado en el personalismo comunitario afirma que Buber trabajó
políticamente en el marco de un “nacionalismo pluralista, acogedor, respetuoso
y religioso[10], personalista y
comunitario”[11]. Estos enfoques estarán
muy presentes en los comienzos de la vida intelectual del joven Etzioni y
dejarán huella en toda su obra.
En lengua
española tenemos reconocimientos expresos de la deuda intelectual de Amitai Etzioni
con su maestro Buber en casi todos sus libros traducidos. Por ejemplo, cuando
Etzioni escribe que “Matin Buber, John Dewey y George Herbert Mead analizaron
algunas cuestiones en términos que hoy se tendrían por comunitarios, sin que el
comunitarismo fuera su posición principal”[12]
O más recientemente cuando reconoce que hace uso expreso de “la terminología
del filósofo Martin Buber” para explicar que “una buena sociedad alimenta las
relaciones “Yo-tú”, aunque reconoce el inevitable y significativo papel de las
de las relaciones “Yo-cosas” (I-it).”[13]
También, en uno de sus libros más trabajados, “La sociedad activa” se puede
leer “Nuestra postura en cuanto a la categoría social es semejante a la de
Martin Buber, especialmente en la formulada en la segunda edición de I and
Thou”[14]
La
importancia de la influencia de Buber en Etzioni encuentra un nuevo y decisivo
argumento en el hecho recogido la Introducción que Etzioni redacta para The
Essential Communitarian Reader[15]
en 1998 cuando escribe que él mismo comenzó su “preparación en sociología y
filosofía social bajo la tutela y dirección de Martin Buber en Jerusalén, quien
escribió un hermoso texto comunitarista Paths to Utopia”[16]. La reciente
publicación de sus memorias nos permite verificar la influencia de Buber desde
los comienzos de su formación.[17]
El “primer” Etzioni académico. La sociología de las organizaciones.
La llegada
del pensamiento de Etzioni a España se produce de la mano del libro
“Organizaciones Modernas”[18],
un manual de Sociología de las Organizaciones que poco tiene que ver con el
comunitarismo y la socioeconomía que desarrollará después. Será a mediados de
los años sesenta cuando empieza a tenerse conocimiento en nuestro país de la
traducción de la obra de Etzioni publicada en México.
En “Organizaciones
Modernas” se divulgan los estudios, principalmente norteamericanos más
relevantes hasta entonces sobre teoría de las organizaciones. Se divulga la
corriente racionalista representada por las teorías concebidas por los
ingenieros F Taylor[19]
y H. Fayol[20], también conocidas como
“teorías clásicas de la organización[21].
Insisten estos autores en la necesidad de que la organización funcione como una
máquina industrial, con ordenes, con tareas, y movimientos claros y precisos.
La exposición de Etzioni se refiere con cierta extensión a los trabajos sobre
la burocracia elaborados por Max Weber[22]
y, en consecuencia, a su tipología de la autoridad: tradicional, racional-legal
y carismática.
Para una
completa generación de docentes de Sociología o Teoría de las Organizaciones el
texto de Etzioni ha sido el manual de iniciación. Aún hoy perdura su influencia
en programas académicos o referencias expresas en publicaciones relativamente recientes.
Significativo ejemplo de ello es la referencia que el profesor Beltrán hace a
Etzioni en su breve explicación del concepto “Sociología de las organizaciones”
en el primer diccionario de Sociología elaborado por investigadores y
profesores españoles en el que señala que “la cuestión del poder interno de las
organizaciones y las formas de su ejercicio ha recibido también mucha atención,
que se refleja, por ejemplo, en los trabajos de Crozier, en los de Etzioni, e
incluso en los de Dahrendorf (con sus tesis sobre las clases sociales y las
organizaciones jerárquicas)”.[23]
Otro claro ejemplo
del rastro de Etzioni en la Sociología de las organizaciones puede verse en que
uno de los manuales más empleado en la enseñanza de la Sociología en nuestro
país, el conocido “Tratado de Sociología” dirigido por el profesor Salustiano
del Campo[24] en su capítulo XVIII
dedicado a las organizaciones y escrito por el profesor Julio Rodríguez
Aramberri cita ampliamente la obra de Etzioni. En particular se refiere a dos obras: “A sociological reader on complex
organisations” y “A comparative analysis of complex organisations”[25] Rodríguez
Aramberri considera a Etzioni (junto a Parsons) uno de los grandes exponentes
de la Sociología de las Organizaciones desde una perspectiva
estructural-funcionalista.[26]
Mención
aparte merece el reconocimiento de aportaciones específicas. Por ejemplo, Sebastián
de Erice (1998:382) subraya algo poco conocido cuando al definir “Institución
total” explica que “la expresión fue acuñada por Amitai Etzioni”. Siendo
Goffman quien la popularizó y usó ampliamente.
Queda claro,
en fin, la importancia de Etzioni en la sociología de las organizaciones.
Un académico con voz pública[27]
Al escribir sus memorias Etzioni nos ha dejado por
escrito que su vocación no es sólo académica. También ha querido ser una “voz
pública” que aporte propuestas para abordar los problemas concretos y actuales
en cada momento. Cuenta como ese deseo de ser un “intelectual público” ha
provocado entre sus colegas críticas y envidias. Las veces en que es criticado suele
argumentarse que no es “académico” entrar en los “poco rigurosos” modos de
argumentar de la prensa o de la política. Pero a la vez comenta como, con
cierta frecuencia, colegas dedicados en exclusiva a tareas académicas le han
dicho expresamente: “por favor, ayúdame a entrar en contacto con el New York
Times”[28].
Etzioni consigue desplegar una notable influencia
política en momentos puntuales de su carrera. Incluso llega a trabajar durante
aproximadamente un año en la Casa Blanca.
Su colaboración coincide con los últimos meses de la administración
Carter. Un periodo de crisis de ideas entre los más cercanos al presidente que
acabará con la victoria republicana de Reagan. Ante el deterioro final de la
administración demócrata de Carter trató, mediante el impulso de sus ideas
sobre la “reindustralizacion”,
de aportar nuevo impulso a un equipo en decadencia.[29]
En la administración Carter también aporta su visión sobre la cuestión de los
refugiados, donde tiene ocasión de defender su postura sobre la relación estado, mercado, tercer sector.
No se trata de que todo lo haga el estado (tendencia favorecida por los
sistemas burocráticos del poder y por los funcionarios interesados siempre en
acumular competencias); tampoco es lo mejor el sistema propuesto por los
hombres de Reagan de dejar la cuestión en manos de la empresa privada. Etzioni
habla de que existe un amplio sector no-lucrativo de altísimo interés. Subraya
el interés de ideas como las de Robert Putnan y Francis Fukuyama[30].
Su condición de intelectual público le obliga (y le
permite) mantener frecuentes encuentros con profesionales de los medios de
comunicación. Nos ha dejado por escrito un ilustrativo sucedido[31]:
en su época de asesor del presidente Carter procura, como norma general, no
atender periodistas, dejando que funcionen los cauces previstos oficialmente.
Hace una excepción con un periodista que, según le informan en la propia Casa
Blanca, es de confianza. Acepta tener una comida off the record sobre
diversos aspectos de la administración Carter. Con todo, Etzioni decide ser
particularmente cauteloso y no se aparta de las respuestas oficiales. Cuando ya
se están levantando, el periodista pregunta por una conferencia sobre temas
familiares, Etzioni dice que no es una prioridad en este momento (la
conferencia, claro, no la familia). El periodista le pide permiso para, en
contra de lo pactado, citarle en ese punto concreto. Etzioni explica que, quizá
por debilidad, le dice que de acuerdo. A la mañana siguiente se encuentra con
el siguiente titular: “Reagan dice que la administración Carter apenas se ocupa
de la familia. Etzioni piensa lo mismo”.
Experiencias como esta no dejan el habitual
resentimiento de los intelectuales hacia la prensa. La visión que Etzioni tiene
del periodismo se refleja mejor en las páginas que titula “Dialogues and
Beyond”. Los medios de comunicación son el lugar en el
que se fija la agenda de temas sobre los que la sociedad dialoga en cada
momento y esos diálogos son los que cambian la sociedad (cfr. p. 298-302). Por
tanto, le preocupa enormemente el modo en se plantea la tarea de “hacer noticias”.
Se refiere a un libro de Deborah Tannen, titulado “The Argument Culture”
que sostiene que el actual modo en que los periodistas confeccionan las
noticias no favorece el diálogo, sino la controversia, la batalla, etc.[32]
Etzioni hace algunas llamativas renuncias a su
carrera académica para llegar a ser un “intelectual público”. Siendo profesor
del prestigioso Departamento de Sociología de la Universidad de
Columbia y habiendo sido incluso su director, toma la decisión de aceptar una cátedra en la mucho menos
reconocida George Washington University. Y expresamente explica
que deja Nueva York por dos motivos: Manhattan es un lugar peligroso para vivir y la familia
busca un lugar apacible y, en segundo lugar, porque la capital de Estados
Unidos presenta mejores oportunidades para un profesor con vocación de
intelectual público.
Con todo, es interesante saber que Etzioni no es un
ingenuo intelectual incapaz de percibir el lado más pedestre de la realidad. El
ambiente de los lobbies de Washington le inquieta, en la medida en que ha
optado por ser un intelectual con influencia pública. Llega a comparar las
relaciones entre donaciones a los políticos y los apoyos conseguidos con una
casa de citas en la que se intercambian favores por dinero. Casi todo está permitido,
salvo decir “si no votas... no hay dinero”
El “segundo” Etzioni académico. Los orígenes del comunitarismo y de la socioeconomía.
Con los años, aunque la influencia de los escritos
de Etzioni sobre organizaciones pervive[33],
las organizaciones van cediendo terreno en los intereses del propio Etzioni
para dejar paso a reflexiones de mayor calado sociopolítico que se precipitarán
en los escritos que dan origen al pensamiento reflejado en este libro.
La sociología norteamericana de finales del siglo XX
parecía carecer de resortes medianamente creativos para salir de planteamientos
dicotómicos (cuantitativo-cualitativo, liberalismo-marxismo;
izquierda-derecha). De ahí que como se sostiene en el trabajo colectivo
coordinado por Ulrich Beck, cuando Etzioni, desde sus trabajos de
organizaciones empieza a escribir sobre cuestiones comunitarias, éstas son tan
rápida y bien acogidas. “Muchos consideran insoportable a escala mundial el
sentido comunitario y solidario a la manera americana. Y este es presumiblemente
también el motivo por el que el sociólogo Amitai Etzioni consiguió semejante
popularidad entre agrupaciones de índole muy distinta”[34]
No sería adecuado pensar que la preocupación de
Etzioni en cuestiones comunitarias obedece, sin más, a una evolución de sus
trabajos en sociología de las organizaciones. Como hemos apuntado más arriba,
la raíz vital e intelectual de su pensamiento, se asienta en visiones que
priorizan lo comunitario y lo solidario, como alternativa a los que piensan que
las ciencias sociales deben girar en torno a lo individual y a lo competitivo.
Sin embargo, algunos acontecimientos vitales concretos catalizarán el proceso
intelectual por el que el autor aborda la tarea de escribir este libro. El más
importante de ellos es el fallecimiento de Minerva, su segunda esposa, en un accidente de tráfico el 20 de
diciembre de 1985. Es
probablemente el momento más duro de su vida. La situación le deja anímicamente
destrozado.
Cuando a mediados de 1987 le ofrecen ser profesor visitante en Harvard Business
School acepta movido no sólo por el prestigio de la institución,
sino también con la idea de escapar de los recuerdos familiares que le
persiguen. Vende la casa, los muebles... y se traslada a Boston donde encuentra
un ambiente intelectual muy estimulante… y muy llamativo.
Le sorprende lo generalizado que está entre los profesores de la Escuela de Negocios de
Harvard el individualismo como paradigma para enfocar el comportamiento
económico y, en general, cualquier comportamiento humano. Además, se encuentra
con una Escuela de Negocios en la que hablar de valores es visto como poco
“liberal” (poco progresista diríamos en Europa). Un ejemplo es su participación
en un seminario de profesores al poco tiempo de llegar en el que le vienen a
decir algo así como “no nos hable de valores familiares, por favor, somos
progresistas”[35]. Pero
Etzioni, lejos de pensar que poco podrá avanzarse por esa vía, afronta la
situación como un reto: la cuestión de los valores merece, a su juicio,
particular atención en la formación de los líderes económicos. Un grupo de
profesores e investigadores en ciencias sociales (dentro de Harvard pero, sobre
todo, en otras universidades norteamericanas) se entusiasman con esa visión
porque están hartos de los planteamientos del individualismo imperante (Amartia
Sen, futuro premio Nóbel, entre otros).
Tres ideas contrarias al pensamiento individualista
dominante en la Escuela
de Negocios resumen sus planteamientos: 1) No todas las elecciones de los
hombre pretenden maximizar beneficios. 2) No siempre elegimos racionalmente. 3)
No elegimos solos, sino grandemente influidos por los grupos a los que
pertenecemos.
El estímulo intelectual de su estancia en Harvard
hará posible este libro. Los seminarios de profesores en los que participa
entonces y en los que se debaten las ideas que en ese momento está poniendo por
escrito se reflejan en distintos momentos del texto. La buena acogida del libro
(incluso de las versiones parciales que pone a circular) serán la semilla de lo
que vendrá a denominarse Socioeconomía.
Una nueva visión de la
Economía que niega algunos de los principios del
ultraliberalismo dominante.
También de su estancia en Harvard arranca el
comunitarismo etziniano. Se atreve a hablar de una “manzana comunitarista”, semejante a la manzana que hizo que
Newton intuyera la ley de la gravedad. Explica como en un momento dado,
mientras prepara una de sus clases en Harvard, se da cuenta de que los norteamericanos llevaban años ocupándose
de sus derechos... pero olvidando sus responsabilidades. Desde entonces
la mayor parte de su biografía será la difusión de la socioeconomía y el
comunitarismo tanto en los foros académicos como en los foros públicos.
Hace unos años tuve ocasión de ocuparme hasta qué
punto el pensamiento de Etzioni era conocido y cuál era su influencia.[36]
Retomo ahora unas pocas cuestiones que pueden orientar al lector.
En 1997 Pérez
Adán publica “Socioeconomía”[37].
La importancia de este texto en la difusión del comunitarismo de Etzioni es
difícil de cuestionar. Ya que, como el propio autor explica “salvando la adulteración de los términos
originales, socioeconomía es a comunitarismo, como neoclasicismo es a
liberalismo, y como economía planificada fue a socialismo”. Y además,
porque el autor, sabedor de que la materia “se presenta para muchos como una de
las novedades intelectuales más importantes aparecidas en los últimos años y,
sin duda, una de las de más relevancia política” propone a Etzioni prologar el
libro. La iniciativa tiene como resultado un valioso documento de cinco páginas,
asequible y preciso, en el que Amitai Etzioni explica como “se está
desarrollando una nueva disciplina que une los estudios sobre economía con
otras ciencias sociales, bajo el nombre de “socioeconomía” (“ni Samuelson ni
Marx”, como alguien apuntó)” (Prólogo a Socioeconomía, p. 9)
En 1994, tres
años antes de la publicación de “Socioeconomía”, nace el Capítulo Español de la Sociedad Mundial
de Socioeconomía (SASECE). Fue oficialmente reconocido en el sexto Congreso
Mundial de Socioeconomía, celebrado en París. Durante el octavo Congreso
Mundial en Ginebra en 1996, se celebraron por primera vez sesiones propias
La
combinación de estos dos factores (creación del Capítulo Español de la Sociedad Mundial
de Socioeconomía y la publicación de “Socioeconomía”) generan el humus
intelectual del que deriva la demanda de textos de Etzioni en lengua
castellana. De modo que en 1999 se publica en castellano el libro de Etzioni
titulado “La nueva regla de oro”.[38]
Y al año siguiente el libro-resumen de sus planteamientos comunitaristas “La Tercera Vía hacia la buena
sociedad. Propuestas desde el comunitarismo”[39]
Sin embargo, a
pesar de los esfuerzos que diversas editoriales venían haciendo por publicar
traducciones de las principales obras de Etzioni, seguía sin publicarse la que,
probablemente, sea su obra más importante: “La dimensión moral”. Con la
publicación de este texto la comunidad científica dedicada a las ciencias
sociales está de enhorabuena.
Este libro,
como pretendo que se desprenda de lo que hasta ahora he escrito, es el paso
desde lo que he denominado “primer Etzioni académico” (el Etzioni estudioso de
las organizaciones) al “segundo Etzioni académico” (el Etzioni de la
socieconomía y el comunitarismo). Y todo ello sin dejar de ser el Etzioni intelectual y público a un tiempo.
Confío en que
la lectura resulte estimulante.
Madrid, 30 de
agosto de 2007
Libros de Amitai Etzioni en lengua española
ETZIONI, Amitai
(1965), Organizaciones Modernas, Uteha, México.
ETZIONI, Amitai y ETZIONI,
Eva (eds.) (1968) Los cambios sociales.
Fuentes, tipos y consecuencias.
FCE. México.
ETZIONI, Amitai. (1980)
La sociedad activa. Una teoría de los
procesos societales y políticos.
Aguilar. Madrid.
ETZIONI, Amitai
(1999) La nueva regla de oro, Paidós, Barcelona.
ETZIONI, Amitai
(2000) La Tercera
vía hacia la buena sociedad, Trotta, Madrid.
ETZIONI, Amitai
(2006) El guardián de mi hermano.
Autobiografía y mensaje, Palabra, Madrid.
[1] Cf. Pérez Adán, José (2006)
“Presentación” en Etzioni, Amitai, El
Guardián de mi hermano. Autobiografía y mensaje, Palabra, Madrid, pp. 5-10.
[2] Ruiz San
Román, José A. (2004) “Etzioni, Amitai. My Brother’s Keeper. A Memoir and a Message”,
Papers, 74, pp. 245-256.
[3] NAVAL,
Concepción (2000, 2ª edición corregida) Educar ciudadanos: la polémica
liberal comunitarista en educación, Eunsa, Pamplona, p. 16.
[4] Etzioni tampoco tiene un término propio en
el Diccionario de Sociología de Giner, Lamo de Espinosa y Torres. Sin
embargo, es citado con ocasión de la explicación de algunos términos, por
ejemplo, en la voz “institución total” (p. 382) o en la voz “sociología de las
organizaciones” (Giner, Lamo de Espinosa
y Torres, 1998)
[5] BEJAR, Helena (1998) “Comunitarismo”
en GINER, Salvador, LAMO DE ESPINOSA, Emilio y TORRES, Cristóbal (1998) Diccionario
de Sociología, Alianza, Madrid, p.135.
[6] BEJAR, Helena (2000) El corazón de la república
(avatares de la virtud política), Paidós, Barcelona.
[7] Sobre
esta relación se puede consultar lo publicado originalmente en Pérez Adán, J (2003)
Comunitarismo. Cultura de solidaridad. Lacaja ediciones. Madrid, p. 68 y ss.
[8] BUBER, Martin (1993, v.o 1923) Yo
y tú, Caparrós, Madrid
[9]DIAZ,
Carlos (2002) Treinta nombres propios (Las figuras del personalismo),
Fundación Enmanuel Mounier, Madrid, p. 108.
[10] Díaz recoge una larga cita del libro
Sionismo y universalidad en el que se publica un texto de Buber de 1946:
“El nacionalismo entusiasma al pueblo y lo conduce a la lucha por su
liberación, para suplir sus carencias. Pero cuando el nacionalismo traspone
este límite que la curación de la enfermedad exige, entonces es atrapado y cae
en la trampa de la soberbia, lo que es un signo patológico. Y entonces se
vuelve opresor de otros pueblos, y esto el lo que realmente sucede en la
actualidad. Establecer los límites entre el nacionalismo legítimo y el
ilegítimo y su continua y nueva delineación a través de un proceso de cambios y
situaciones modificables es la misión de una persona honesta” (pp. 43-44). Y en
otro momento: ”porque Israel no puede curarse, no puede conseguir su bienestar
separando los conceptos de pueblo y de comunidad de fe” (p. 68)
[11] Op.
Cit. DIAZ (2002) p 109.
[12] ETZIONI, Amitai (1999) La nueva
regla de oro, Paidós, Barcelona, p. 62.
[13] ETZIONI, Amitai (2000) La Tercera vía
hacia la buena sociedad, Trotta, Madrid, pp. 15-16.
[14] ETZIONI, Amitai. (1980) La sociedad activa. Una teoría de los
procesos societales y políticos.
Aguilar. Madrid, p. 4. Otras referencias a Buber en “La sociedad activa”
pueden encontrarse en las páginas 30 y 82 de la versión castellana.
[15] ETZIONI, Amitai (1998) The Essential Communitarian
Reader, Lanham, MD: Rowman & Littlefield Publishers, Inc.
[17] Cf.
ETZIONI, Amitai (2006) El guardián de mi
hermano. Autobiografía y mensaje, Palabra, Madrid, pp. 53-59.
[18] Hemos trabajado con la traducción al español de Carlos
Moreno Cañadas, Licenciado en Derecho y en Filosofía y Letras, Universidad de
Granada, 1ª reimpresión de 1972, publicada por Uteha (Unión Tipográfica
Editorial Hispano-Americana) en México. Otras ediciones de “Organizaciones
Modernas” de las que tenemos noticia son la de 1968 en la editorial Fondo de
Cultura Económica y la de 1981 de Limusa
en México
[19] TAYLOR, F.W. (1970, v.o. 1911) Management científico, Oikos Tau, Barcelona.
[20] FAYOL, H. (1961, v.o. 1916) Administración general e industrial, Herrero Hermanos, México.
[21] Cfr. entre otros, GARMENDIA, J.A. y PARRA LUNA, F.
(1993) Sociología Industrial y de los
recursos humanos, Taurus, Madrid, pp. 74 y ss.
[22] WEBER, M. (1948, v.o. 1909)
“The Theory of Social and Economic Organization”, Nueva York, Oxford University
Press.
[23] BELTRAN, Miguel (1998) “Sociología de
las organizaciones” en GINER, Salvador, LAMO DE ESPINOSA, Emilio y TORRES,
Cristóbal (1998) Diccionario de Sociología, Alianza, Madrid, p. 726
[24] CAMPO, Salustiano del (1984) Tratado de Sociología,
Taurus, Madrid
[25] ETZIONI, Amitai (1975, 2ª ed) A comparative analysis of complex organisations, The Free Pres,
Nueva York. La version original del libro es de 1961 publicado en
Glencoe, Ill: Free Press. Ha sido traducido al japonés (Tokyo: Baifukan,
1967).y al portugués (Sao Paulo: Zanar Editores, 1974).
[26] En esa misma línea el mismo autor
insiste en la importancia de Etzioni en RODRÍGUEZ ARAMBERRI, Julio (1984) “La
sociología de las organizaciones” en RODRÍGUEZ ZUÑIGA, Luis y BOUZA, Fermín
(comps.) Sociología contemporánea. Ocho temas a debate, Centro de
Investigación Sociológicas, Madrid
[27] Tomado de
RUIZ SAN ROMÁN, José A. (2004) “Etzioni, Amitai. My Brother’s Keeper. A Memoir and a Message”,
Papers, 74, pp. 245-256.
[28] ETZIONI,
Amitai (2006) El guardián de mi hermano. Autobiografía y mensaje, Palabra,
Madrid, p. 307.
[31]
Ibidem, pp. 152-153.
[32]
Ibidem, p. 301.
[33] De
gran interés es la tarea que dejamos pendiente: rastrear las bibliografías y las citas de
los manuales de Sociología de la
Empresa, de Sociología de las Organizaciones y de Teoría de
las Organizaciones para conocer la influencia de “Organizaciones Modernas” y
del resto de la obra de Etzioni en esta materia.
[34] MUTZ,
Gerd (2000) “El fin de la cultura de la caravana” en BECK, Ulrich, Un
nuevo mundo feliz. La precariedad del trabajo en la era de la globalización,
Paidós, Barcelona, p. 212.
[36] Cf.
RUIZ SAN ROMÁN, José A. (2003) “La recepción del pensamiento de Etzioni en
España” en PÉREZ ADÁN, Comunitarismo.
Cultura de solidaridad, Editorial La Caja, Madrid, pp. 63 y ss.
[37] PÉREZ ADÁN,
José (1997) Socioeconomía, Trotta, Madrid.
[38] ETZIONI,
Amitai (1999) La nueva regla de oro, Paidós, Barcelona.
[39] ETZIONI, Amitai (2000) La Tercera vía
hacia la buena sociedad, Trotta, Madrid.
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