viernes, 27 de diciembre de 2013

LA INSPECTORA LAVINIA QUIROZ MARTÍNEZ Y LA CRISIS DE LA EDUCACIÓN.



LA INSPECTORA  LAVINIA  QUIROZ  MARTÍNEZ  Y  LA CRISIS DE LA EDUCACIÓN.


1.- Cuando llegué a ejercer como profesor de Religión y Filosofía  al Liceo Manuel Montt de San Javier, hace unos meses, me llamó la atención la figura señorial, aunque pequeña, y sobre todo,  la voz  imponente, pero a la vez femenina de una inspectora de pasillo: Lavinia Quiroz Martínez. Parecía una jubilada de carabineros o de las  fuerzas armadas. (jajajaja). Pude compartir con ella momentos preciosos de confianza y sobre todo sentí su apoyo en mi trabajo docente. Al querer destacarla en este comentario lo hago por su mismo valor personal, esto significa que no la comparo con otro inspector o inspectora. Un valor auténtico no necesita denigrar a nadie. Hay muchas formas de ser un buen inspector en un colegio. Una buena fama no reposa sus pies sobre el “cadáver moral” de un colega. Lavinia es por sí misma su propia carta de recomendación.
2.-  La disciplina es parte de una formación integral. Los valores obviamente no se aprenden en forma exclusiva en el hogar o en el aula, etc.  Están presentes o ausentes en toda la comunidad escolar. Específicamente se aprecian en los pasillos y patios donde la autoridad de un inspector es fundamental. El manejo de un curso está insertado en todo el contexto de una escuela o liceo. La coordinación profesor-inspector es cada vez más necesaria. Hay dos razones a lo menos: a) las reglas internas se han diseñado para facilitar el hecho educativo y esto debe ser entendido con claridad y asumido por toda la comunidad educativa. No basta dar a conocer las normas, hay que hacerlas cumplir y para esto se necesita un control y sanciones específicas de parte del docente,  inspector y Dirección. b) la función disciplinaria de un inspector tiene que ser efectiva para complementar el trabajo docente. Tal vez se necesitan más inspectores especializados para “controles definidos”: por ejemplo, quitar los celulares, guardarlos, llamar a los apoderados para entregar los celulares de alumnos(as) sancionados, etc. Lo digo  en general, pensando más allá de los espacios educativos formales que conozco. La inspectora Lavinia, cumple sus funciones de una  manera notable. Su labor es reconocida por sus iguales y por los alumnos(as) más maduros y lúcidos. En general, por toda la comunidad escolar.
3.- El inspector es un “educador valórico” que no está en el aula, pero opera muy cerca de esta. Insisto, se necesita un trabajo básicamente concordante y  afín. En esta situación, Lavinia inspira respeto, los educandos saben que ella tiene razón, pero muy pocos lo dicen, pero de alguna manera lo expresan. Es una isla en medio de la crisis de autoridad que afecta a las nuevas generaciones que llegan a las aulas del Liceo Manuel Montt. No son pocos los estudiantes que no logran incorporar en su ethos el respeto sincero a la autoridad de un profesor o inspector. Más bien han instalado en el colegio la crisis de autoridad de sus propios hogares y sociedad civil. Pero, personas como Lavinia, demuestran que es posible orientar a las nuevas generaciones con reglas claras asumidas en todas sus posibilidades.
4.- Las medidas técnicas en el área de la educación que proponen los programas de gobierno hoy en pugna, parecen acertadas desde los respectivos criterios que aplican.  Pero, hay un vacío que es propio de estos tiempos post-modernos: el desprecio de lo valórico, en sentido real. Una educación diseñada desde las matemáticas como el núcleo supremo del pensamiento sistemático no tiene la misma amplitud que un proyecto educacional que se piensa desde un “pensamiento de totalidad”. La filosofía de la educación en democracia, por ejemplo, supera la parcialidad matemática. Lo que está en crisis es esta “ilustración pragmático-racionalista” que tuvo su suma gloria en la mayor parte del siglo pasado y hoy fomenta ideologías de la apariencia, por no decir de la mentira ideológica: ejemplo, aparentar que se está construyendo otro modelo radicalmente  diferente al neo-liberalismo global vigente y con insidia o negligencia no se fomenta una cultura alternativa al consumismo individualista, etc.  Los discursos políticos neo-liberales y del socialismo mercantilista actual, segregan esta “peste” de las post-utopías que flotan en el consumismo individualista de hoy: la cantidad sobre la cualidad, el tener sobre el ser, etc. Todas las reformas que se proponen en educación, serán profundas y todo, porque introducen mecanismos nuevos, pero la “levadura” que “fermenta la masa es la misma”, es más de lo mismo. Lo seguro es que se producirá una repartición de puestos burocráticos de control, intentando siempre favorecer a personas de la misma ideología, cercanía, etc. Bachelet, por ejemplo, no prefigura un proyecto de sociedad solidaria realmente y efectivamente alternativo al sistema imperante. Es simplemente, una “simpática administradora” que podrá negociar algunas “holguras” para los menos favorecidos del sistema, algunos le dicen “reformas profundas”, pero la clase dominante en Chile no dejará de funcionar macro-económicamente. Hoy más que nunca reforma significa “camuflaje”. Se necesitan cambios radicales, realmente revolucionarios. ¿No son posibles hoy? Entonces, no hay que inflar tanto “el vientre de la bestia” porque reventará y esta vez no se trata de una demagogia más en medio del mercado electoral.
5.- En este macro-marco la figura de Lavinia, parece desaparecer o ¿qué tiene que ver? No es así. Ella representa un valor auténtico que tenemos ahora mismo, no es una promesa política discursiva. Es un factor concreto que hoy mismo está presente en forma activa,  como recurso humano para hacer posible un cambio educativo real. Necesitamos rescatar lo valioso que aporta esta mujer a simple vista pequeña, pero valóricamente grande. Tiene autoridad y valor para ser ella misma. Tal vez, en un contexto donde tiene que interactuar con alumnos(as) bastante “atrevidos, groseros e irrespetuosos” porque están heridos de alguna manera en sus “frágiles almas”, su voz se hace más gruesa y severa, pero, los alumnos y alumnas que han logrado conocer algo de su corazón, saben que es una mujer sensible y una buena madre y sus consejos son sabios y precisos. Un abrazo estimada inspectora Lavinia, nunca olvidaré que usted me recibió con respeto e hizo que me sintiera un profesor con dignidad. ¡MUCHAS GRACIAS!

Mario Andrés Díaz Molina: Profesor de Religión y Filosofía. Licenciado en Educación. Egresado de la Universidad Católica del Maule.

OTRO MANIFIESTO



EN LA ANTIGÜEDAD O EDAD MEDIA ESTO CASI ERA IMPOSIBLE:
1.- SÍ SOMOS CATÓLICOS EN LO ESENCIAL,  ESTAMOS UNIDOS EN LO QUE ES ESENCIAL O NECESARIO PARA SER CONSECUENTES CON NUESTRA IDENTIDAD CATÓLICA;
2.- PERO, TAMBIÉN EXISTE LO PERSONAL  Y  LO OPINABLE  EN TEMAS ÉTICOS, SOCIALES, CULTURALES,  INCLUSO RELIGIOSOS Y POR SUPUESTO EN LO POLÍTICO; EN ESTO HAY LIBERTAD, TOLERANCIA Y RESPETO A LA DIVERSIDAD SIN PERDER LO ESENCIAL CATÓLICO.
3.- PARA ENTENDER, ESTA VISIÓN DESDE EL PLURALISMO, HAY QUE SER MADURO Y SEGURO DE SÍ MISMO: EL FANÁTICO RELIGIOSO O POLÍTICO EN REALIDAD NO ESTÁ SEGURO DE SUS OPINIONES O CREENCIAS, NECESITA IMPONERLA A LOS DEMÁS.
4.- PODEMOS CONCORDAR  EN MUCHAS COSAS, PERO TAMBIÉN DISCREPAR  EN NO POCOS CASOS Y  ES SANO Y DESEABLE SÍ SOMOS DE CONCIENCIA DEMOCRÁTICA.
5.- OPINO A CONCIENCIA Y NO CREO TENER ALGÚN TIPO DE DERECHO PARA INTENTAR  IMPONER MIS OPINIONES A LOS DEMÁS; PERO CON ESTE MISMO CRITERIO, PIDO TOLERANCIA, AMPLITUD DE JUICIO A LOS DEMÁS Y CONSIDERO QUE LA INTOLERANCIA EN TODAS SUS FORMAS ES UN ANTI-VALOR QUE DAÑA LA CONVIVENCIA DEMOCRÁTICA.
6.- TENER IDENTIDAD NO ES INTOLERANCIA; ANULAR LO NECESARIAMENTE PROPIO POR INTERESES POLÍTICOS O ECONÓMICOS ES DEGRADANTE  Y REFLEJA UNA SUMA DECADENCIA MORAL.
7.- DIALOGAR PARA COEXISTIR EN DEMOCRACIA Y DIVERSIDAD  ES LO ÉTICO EN SENTIDO CIVIL Y CRISTIANO.